Me imagino el día en que alguno de mis hijos, confundido por la pasión que su padre demuestra hacia su trabajo, me diga que quiere dedicarse a esto de la publicidad. Menuda broma de mal gusto.
A veces me hace ilusión pensar que lo que hago puede inspirarlos, y ayer sin ir más lejos, viendo el talento artístico de mis pequeños cuando me enseñaban algunas de sus creaciones, hasta me recreé pensando que ellos podrían hacerlo mucho mejor que yo (fácil por otro lado). Pero al día siguiente me dí de bruces con la recién estrenada gráfica de la AEPS y desapareció la ilusión. Con un “Mamá quiero ser publicitario” los publicistas de Sevilla pretenden, y cito textualmente “ (…) fomentar la idea de la creatividad entre los más jóvenes, con un proyecto, enfocado al marketing de germinación, basado en promover y dar a conocer a las generaciones venideras los principios de nuestra profesión: “la magia de la publicidad” (…) (http://www.aepsevilla.org/mama-quiero-publicitario) . “ ¿Alguien lo ha entendido? ¿Alguien ve creatividad en esa gráfica? Y claro, me puse a escribir.
Hace poco coincidí con una de mis ex alumnas de Creatividad Publicitaria, la asignatura que llevo 8 años impartiendo a los alumnos del último curso de Publicidad y RRPP de CEADE San Isidoro, y cuando le pregunté si seguía en la misma agencia (evitaré nombrarla para no hacerme más enemigos) me respondió con un ¡NO! que le iluminó la cara y le provocó una sonrisa de alegría. Me contó como después de casi 9 meses había decidido por fin terminar con su explotación. Me explicó como sus jornadas y la de la mayoría de sus compañeros se extendían diariamente entre 2 y 4 horas más de lo pactado, free total por supuesto. Me habló de madrugadas, de llantos en los baños, y sobre todo me habló de las charlas motivacionales de sus jefes, hablándoles del esfuerzo y de la necesidad de trabajar más y más. Free again. Y me habló también de la cara de asombro que se le quedó cuando al acudir a la oficina de empleo descubrió que no había cotizado lo que pactó con su jefe, sino que también en esto había sido engañada. Menuda sorpresa.
Muchos de los que estáis leyendo esto y yo mismo, jamás hemos vivido algo semejante, y es que para muchos de los empresarios de nuestro sector, la explotación de los empleados esta totalmente reñida con su ética profesional. Existe una máxima entre algunos empresarios de la publicidad que dice que a los empleados hay que cuidarlos, y a ser posible mimarlos. Es la única forma de ser súper creativos, súper dinámicos, multidisciplinares y de tener precios muy competitivos. Evidentemente, como casi todo por esta Andalucía nuestra, es pura ironía.
Algunas agencias, más de las que nos gustaría y no exclusivamente de nuestro sector, se basan en la continua rotación de profesionales que son sistemáticamente explotados y engañados por la necesidad que tienen de buscar un puesto de trabajo a cualquier precio. El resultado son jóvenes frustrados, y lo que es peor, un trabajo de una calidad manifiestamente mejorable porque la creatividad necesita tiempo y felicidad. Sí, digo felicidad. Las buenas ideas surgen de la felicidad y de la ilusión, y en entornos de trabajo donde el creativo no es feliz, las ideas dejan de ser geniales.
Pocos días después, otro de mis alumnos me llamó para pedirme referencias de la agencia de la que su compañera había echado peste, y no era la primera. Entonces, diplomaticamente, le hablé de los magníficos profesionales que allí trabajan (conozco a algunos) y de lo mucho que podía aprender de ellos, de lo bien que le vendría a su CV añadir el paso por esa agencia tan de moda, de la oportunidad que le supondría poder trabajar para algunos clientes importantes, etc, etc. Y finalmente le animé a que rechazase la oferta y se dedicase a trabajar para alguien que quisiese contratarlo por su talento, por su personalidad, o por su cara bonita, pero que lo contratase sin la intención previa de explotarlo. Hay muchas agencias así, pequeñas casi todas y también algunas grandes, y en ellas se encuentran los mejores profesionales, esos que no se dejan avasallar porque son conscientes de la calidad de su trabajo. Así de claro. Muchas de nuestras agencias más cool te avisan al contratarte de que tendrás que regalarle horas todos los días…. Así nos va.
Así que hoy 25 de enero, el día que, para no ser menos, los publicistas celebramos nuestro patrón, seguiré trabajando para tener una agencia honrada con sus clientes y empleados. Que no regale trabajo a los clientes a costa de robar horas a los empleados. Una empresa que por pequeña que sea, se convierta en gigante en boca de quienes la conocen por dentro. Y de paso, a ver si la AEPS se anima y hace algo para mejorar la reputación y la realidad laboral del sector, aunque sólo sean unas palabritas a éste respecto en el discurso del guateque que celebrarán mañana. Y si mis hijos me dicen que quieren ser publicitarios, les diré que mejor, artistas…
Video AEPS San Pablo Converso